LA LIEBRE Y LA TORTUGA
En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa, que decía que era la más veloz del mundo. Por eso, se reía constantemente de la lenta tortuga.
-Bueno -contestó la tortuga-, es verdad que soy lenta, pero siempre llego al final. Si quieres hacemos una carrera.
-Debes estar bromeando -dijo la liebre, despreciativa- Pero si insistes, no tengo inconveniente en hacerte una demostración.
Era un caluroso día de sol y todos los animales fueron a ver la Gran Carrera. El topo levantó la bandera y dijo: -Uno, dos, tres... ¡Ya!
La liebre salió corriendo, y la tortuga se quedó atrás, tosiendo en una nube de polvo. Cuando echó a andar, la liebre ya se había perdido de vista.
La liebre confiada en su velocidad se tumbó a dormir bajo un árbol. Pero, pasito a pasito, la tortuga avanzó hasta llegar a la meta.
Cuando la liebre se despertó, corrió con todas sus fuerzas pero llegó tarde. La tortuga había ganado la carrera.
Aquel día fue muy triste para la liebre y aprendió una lección que no olvidaría jamás:
NO HAY QUE BURLARSE NUNCA DE LOS DEMÁS.
y colorín colorado, la tortuga ha ganado.
Aquí os lo dejo en vídeo por si os interesa esta opción más:
¡ F I N !
LA CIGARRA Y LA HORMIGA
En los felices días del verano, una cigarra alegre aprovechaba el calor cantando y bailando, mientras la sufrida hormiga no descansaba, en la búsqueda de comida para llevar a su casa.
— ¿No es más bonito gozar de la vida con bellas canciones, como yo hago, que trabajar todo el día como haces tú?
La hormiga callaba y seguía afanándose.
Pero llegó el invierno y, con los fríos, la cigarra guardó silencio y tuvo que refugiarse en cualquier agujero. Allí, sin nada que llevarse a la boca y casi helada, se acordó de la hormiga:
— Ella estará calentita en su casa y seguro que no le falta alimento en la despensa.
Iré a verla, pensó.
Acudió la cigarra al hormiguero y, zalamera, preguntó:
— ¿No tendrás, buena hormiga, algo para comer y un rincón caliente donde pasar el invierno?
Entonces la hormiga, muy enfadada, le contestó:
— Yo trabajaba duro en verano para no pasar hambre en estos días fríos, ¿qué hacías tú en el buen tiempo?
La cigarra tuvo que admitirlo:
— Yo cantaba y reía alegremente sin pensar en el futuro.
Y la hormiga le replicó:
— Pues ahora yo canto y me alegro, mientras tú sufres hambre y frío por culpa de tu holgazanería.
Vete y no desprecies a los que trabajan por su sustento.
También tenemos la versión en vídeo que podemos encontrar fácilmente en Youtube.
En esta enlace podéis encontrar esta fábula en formato pdf.
¡ F I N !
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